El aceite de oliva y el aceite de semillas de cáñamo son dos de los aceites portadores más utilizados para elaborar aceite de CBD. Cada uno contribuye con su propio sabor, que puede influir en gran medida en el del producto final.
Los aceites de CBD con una base de aceite de oliva saben más a aceites de cocina, con notas suaves, herbales y a nueces. De estos aceites se suele decir que tienen un gusto más desarrollado pero menos intenso.
Los aceites de CBD que utilizan aceite de semilla de cáñamo como portador, tienen un sabor más almendrado. De los aceites de semilla de cáñamo a menudo se dice que saben a nueces o a semillas de girasol. Debido a este sabor, estos aceites a veces se usan como ingrediente culinario.