Las semillas de marihuana autoflorecientes son unas verdaderas supervivientes. Se desarrollan con gran facilidad y rapidez, no son nada exigentes y su cultivo resulta muy sencillo. ¿Por qué? Porque sus orígenes en entornos difíciles las convirtieron en una raza fuerte y resistente e hicieron que floreciesen a la velocidad del rayo por temor a morir.
A grandes rasgos sus principales características son:
- Rapidez: sus ciclos de vida completo suelen oscilar entre 60 y 90 días.
- Facilidad de cultivo: no están sujetas a los cambios de luz para florecer lo que, en exterior, siempre y cuando reciban luz suficiente para crecer, ahorra el estar pendiente de los cambios de estación.
- Resistencia: su herencia ruderalis les otorga genes más resistentes a factores externos que otras variedades.