La fiebre cannábica del fútbol

Sin embargo, la marihuana para los futbolistas no serviría en el campo de juego, pues te afloja y disminuye tu coordinación; querrías convertirte en un espectador o jugar de cachondeo. Sirve, eso sí, para relajar los músculos y la cabeza después de un arduo cotejo. La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales, mejor conocida como FIFPro, ya ha pedido que no se castigue a los futbolistas que fumen marihuana, pues, como acabo de escribir, su consumo no mejora su rendimiento en las canchas, por el contrario, disminuye la capacidad de reacción. 

No obstante, la historia del balompié está salpicada de jugadores marihuanos que, como yo, disfruta de la geometría de una pelota dentro del rectángulo verde y sentir su circunferencia en los pies. En una entrevista con la televisión italiana, el jugador, ahora entrenador, Roberto Mancini dijo que había fumado marihuana frecuentemente y seguro que sigue siendo fumeta. En 1997, el portero del West Ham y del PSG París Bernard Lama fue suspendido por dos meses por fumar porros. Asimismo, el guardameta francés Fabien Barthez fue pillado en 1996 y suspendido dos meses. Otros casos de futbolistas pachecos incluyen a Wilder Medina, delantero colombiano quien dio positivo tres veces en el 2011; y Mbulelo Mabizela, del Tottenham, y Euzebiusz Smolarek, del Bolton Wanderers, quienes dieron positivo con cannabidol en el 2002. Pero nadie le gana a Gino Coutinho, un arquero holandés que fue encarcelado en el 2011 por tener cuatro mil doscientas plantas en una granja de marihuana. 

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