Haber sufrido una enfermedad grave o una operación mayor puede causar una pérdida repentina de gran cantidad de pelo pasados varios meses. Normalmente la razón es el estrés y suele ser temporal.
Padecer una situación de nervios de forma prolongada también puede provocar una caída inusual, la solución en este caso pasa por aprender a controlar el estado de nervios o atajar las situaciones que los provocan, lo habitual en estos casos es recuperar el pelo pasado un tiempo.