El sistema endocannabinoide está compuesto por receptores de cannabinoides situados en determinadas células de nuestro organismo. Más concretamente, existen dos tipos: los receptores CB1, expresados sobretodo en el sistema nervioso y los receptores CB2, relacionados con el sistema inmune y que por tanto median en los efectos antiinflamatorios.
Tal como señala Tanja Bagar, una investigación reciente también sugiere un fuerte vínculo entre los sistemas serotoninérgico y endocannabinoide, lo que implica una conexión entre la liberación de endocannabinoides y serotonina (Best y Regehr, 2008). De este modo, el sistema endocannabinoide afecta a los niveles de las sustancias implicadas en nuestro bienestar emocional, afectando a la cantidad de serotonina que producimos así como a nuestros niveles de oxitocina, melatonina y dopamina. La científica concluye por tanto, que el sistema endocannabinoide y los propios cannabinoides juegan un papel importante en nuestro estado de ánimo.
Por supuesto, estos procesos químicos no son sencillos y en realidad se trata de una carretera de doble sentido: el nivel de serotonina que tengamos en nuestro organismo, determinará cuantos endocannabinoides producimos y los niveles de endocannabinoides afectarán de vuelta a los niveles de serotonina.